Hoy es 11 de agosto y en Borona Bistró cumplimos tres años desde la apertura. Tres años en los que hemos desarrollado una gastronomía sin alharacas: sencilla, reconocible y con producto de calidad. En este tiempo hemos disfrutado mucho de nuestro trabajo y hemos puesto las bases para seguir creciendo en base a nuestra cultura gastronómica. El reconocimiento de nuestros clientes ha sido clave para hacer viable nuestro proyecto y solo podemos estar agradecidos.
Ya sabéis que muy pronto (muy pronto) estaremos en una nueva ubicación, en la calle General Ezponda, junto a la plaza Mayor de Cáceres. Nuestra motivación principal para trasladar Borona Bistró a este entorno es poder ofreceros un local más amplio, sin perder la esencia de «bistró», restaurante con pocos comensales y de calidad, que es la piedra angular del proyecto. La fecha de apertura del nuevo local la anunciaremos en los próximos días.
Podemos adelantaros que nuestra gastronomía será igual. Seguiremos basando nuestra oferta en elaboraciones de la cocina popular que nos lleven «al recuerdo de las mesas de casa». Habrá muchas novedades, sí, pero desde que entréis en el nuevo restaurante tendréis claro que estáis en Borona Bistró: todo cambiará para que nada cambie.
Para celebrar el aniversario hemos elegido un plato representativo de nuestra oferta en estos últimos tres años. Como sabéis, nuestro menú es dinámico y va cambiando casi todas las semanas. Tenemos platos que vienen y van, y solo algunos están siempre disponibles. Este es el caso de uno de los postres: el flan de la abuela Julita.
El hecho de estar siempre disponible no es capricho: vosotros, nuestros clientes, lo demandáis así. Y aunque algunos ya sabéis casi todo de este plato, os queremos contar un poco más (¡pero no podemos compartir la receta!)
Aunque abrimos en agosto de 2021 no fue hasta un año después que empezamos a servir el flan en nuestro restaurante. Estuvimos todo ese tiempo haciendo pruebas, desechándolas, modificando cocciones, reposos, cantidades de azúcar y grados de reducción de la leche. Hasta que un día nos dímos por satisfechos y lo servimos después del menú, a toda la sala, como invitación, para testar la elaboración antes de incorporarla al menú. ¡Y gustó a todo el mundo!
El flan es una elaboración sencilla: un postre que se da sobre todo en el ámbito doméstico. De ingredientes humildes, ha desaparecido casi por completo de la oferta gastronómica de los restaurantes. Nosotros quisimos incorporar el flan porque, en parte, hacerlo es un homenaje a todas las madres y abuelas que durante generaciones han cocinado para sus familias, fijando en nuestro memoria gustativa los sabores de nuestra tierra. Un trabajo que no está suficientemente reconocido y que supera, sin duda, al de cualquier estrella de la cocina moderna.
Si os lo preguntáis: sí, en el local nuevo seguiremos teniendo el flan de la abuela Julita.
Os agradecemos todo el cariño que en estos tres años nos habéis demostrado y todo lo que nos habéis enseñado. Esperamos seguir creciendo junto a Borona Bistró y todos vosotros. Nos vemos muy pronto en General Ezponda y, durante este mes de agosto, aún puedes reservar en el local de Antonio Silva!